Buscant un dels diàlegs més ben plasmats en el cine on Valmond deixa a la seva amant per desprès poder reconquistar-la, m'he trobat una curiosa transcripció de l'obra. Transcrivint les cartes en entrades d'un blog. Els meus intents de proselitisme per tal de difondre la versió en imatges no té massa èxit –com si jo recomanés coses que no valguessin la pena alguna vegada–, per tant faré boca amb extractes de l'obra epistolar.
-Bescompte de Valmond a la Marquesa de Merteuil-
Las órdenes de usted me encantan y el modo de darlas es aún más amable; haría usted amar el despotismo. No es la primera vez, lo sabe bien, que siento no ser ya su esclavo [...]
Las órdenes de usted me encantan y el modo de darlas es aún más amable; haría usted amar el despotismo. No es la primera vez, lo sabe bien, que siento no ser ya su esclavo [...]
-Bescompte de Valmond a la Marquesa de Merteuil-
[...]En verdad, es usted cien veces más mala cabeza que yo, y podría humillarme si yo tuviera amor propio.
-Marquesa de Merteuil al Bescompte de Valmond-
¿Ha olvidado que el amor es, como la medicina, solamente el arte de ayudar a la naturaleza?
-Marquesa de Merteuil al Bescompte de Valmond-
Dígame, señor amante lánguido, las mujeres que usted ha logrado ¿cree haberlas violado? Por más deseos que una mujer tenga de entregarse, por más que se la inste para ello, es preciso siempre un pretexto; y ¿puede haberlo más cómodo que el que proporciona el aire de ceder a la fuerza? En cuanto a mí, confieso que una de las cosas que me lisonjean más, es un ataque vivo y bien dado, en que todo va por orden, aunque rápidamente; que no nos pone jamás en el embarazo de tener que reparar nosotras mismas una torpeza que debió ser provechosa; que sabe dar el aire de violencia hasta a las cosas que concedemos, y lisonjear con maña nuestras dos pasiones favoritas: la gloria de la defensa y el placer de haber sido vencidas. Convengo en que este talento, más raro de lo que se cree, me ha gustado siempre, pero no me ha seducido, y que algunas veces me ha sucedido rendirme únicamente por recompensa.
-Marquesa de Merteuil al Bescompte de Valmond-
Después de la una, ya aniñada, ya razonable, ya tumultuosa, ya sensible, y algunas veces libertina, me placía el contemplarle como un sultán en su serrallo donde yo sola hacía el papel de diferentes favoritas. En efecto, sus obsequios repetidos, aunque recibidos siempre por la misma mujer, lo fueron siempre por una nueva amante.
-Marquesa de Merteuil al Bescompte de Valmond-
Los excesos son buenos con aquellos a quienes luego se quiere dejar.
-Marquesa de Merteuil al Bescompte de Valmond-
¿Cuál es, en efecto, la insolente seguridad de aquel hombre que se atreve a dormir tranquilo mientras alguna mujer a quien ha ofendido no se ha vengado de él aún?
-Marquesa de Merteuil al Bescompte de Valmond-
[...]este modo de conducirse puede salir bien con los niños, que cuando escriben amo a usted, no saben que dicen me rindo.
-Fragment de la carta que el Bescompte de Valmond escriu sobre el cos nuu d'una amant a dona que vol seduir-
[...]la atmósfera que respiro está llena de voluptuosidad; la mesa que me sirvo, empleada por la primera vez para este uso, viera ser para mí un altar sagrado del amor. ¡Ah, cuánto más hermosa va a parecerme en adelante! Sobre ella habré trazado el juramento de amarla toda la vida. Excuse, le suplico, el desorden de mis ideas. Tal vez no debería abandonarme tanto a un amoroso arrebato que no comparto con usted; es preciso que la deje un instante para calmar un delirio que aumenta a cada momento y al que no puedo resistir.
-Marquesa de Merteuil al Bescompte de Valmond-
¡Cuánto la hermosea el dolor! Con poco coqueta que se haga, llorará a menudo, pero esta vez lloraba sin malicia. Sorprendida yo de este nuevo encanto que no conocía y que tenía infinito placer en conservar, no le di por lo pronto más que aquellos insípidos consejos que aumentan las penas más que las mitigan, y de este modo, la puse en términos que iba a caer en convulsiones. [..] ¡Oh Dios, qué hermosa estaba! ¡Si la Magdalena era así, debió ser mucho más peligrosa como penitente que como pecadora!